Nosotros los de Oriente

Nosotros los de Oriente le dedicamos este blog, a la mayor ilusión de los niños, la de tener a alguien que se preocupe por ellos y los quieran.

Quiero resaltar con la gran ilusión con la que abordan este reto la mayoría de los padres, aunque quedan algunos que enarbolando la violencia por bandera, se empeñan en ser los protagonistas de este, y otros eventos, pensando solo y exclusivamente en ellos.


Melchor nos muestra su castillo

Gaspar con su yeguada

Baltazar con su camello

sábado, 14 de enero de 2017

La lusión

LA ILUSIÓN

Daniel era un niño de siete años muy feliz. Vivía con su familia en un piso cerca de colegio y de sus abuelos. Y además tenía dos amigos en su mismo bloque.

Pero desde hacía unos días, sus padres lo veían un poco triste.

Por esas fechas, Daniel siempre estaba contando los días para la llegada de las vacaciones, de la comida de Navidad con toda la familia, y, sobre todo, contaba los días para que viniesen los Reyes Magos.

Pero ese año, a dos días de las vacaciones, aún no había dicho apenas nada de las fiestas.

-¿Qué ocurre Daniel?-preguntó su padre, mientras el niño veía unos dibujos animados-Mamá y yo te notamos triste.

-¿Pasa algo en el cole, cariño?-preguntó la madre.

-Si-dijo en voz baja el pequeño-Hay unos niños mayores que dicen que los Reyes Magos solo son para los niños pequeños y se ríen de mí y de mis amigos.

Sus padres se miraron sorprendidos entre ellos.

-Bueno, pero no tienes que estar triste por eso. Los Reyes Magos te traen regalos todos los años.

-Pero, ¿entonces cuando sea grande ya no van a venir? Eso es lo que dicen los grandes.

-Claro que sí, hijo. A lo mejor a esos niños no les trae regalos por que se portan mal con otros niños-explicó la madre.

Daniel arrugó la boca en una clara señal de no estar muy convencido de esa teoría.

-¿Por qué no haces una cosa? Escríbele una carta a los Reyes Magos preguntándoles.

Daniel se quedó un rato pensativo, pero al final pensó que su padre había tenido una buena idea.

Escribió la carta de todos los años en la que les decía a los Reyes Magos los regalos que más le gustaban. Pero además en el sobre incluyó otra carta en la que les explicaba los que había pasado en el colegio y les preguntaba si iban a seguir viniendo todos los años.

A partir de ese día empezó a contar cuanto faltaba para que pudiese entregar el sobre al Cartero Real. Y por supuesto todos los días tachaba en su calendario el día que había pasado.

Después de lo que a Daniel le parecieron años, llegó el 5 de enero. Ese día siempre le había gustado. La cabalgata de los Reyes Magos era su día favorito del año. Comería Roscón de Reyes, iría con sus padres a ver un desfile, podía comer un montón de caramelos, … Y cuando por fin se acostaba sabía que encontraría muchos regalos al despertar.

 Ese día sin embargo fue distinto. No era aún de día cuando se despertó. Ni fueron sus padres los que lo sacaron de la cama.

¡Fueron los Reyes Magos!

Daniel era incapaz de salir de su asombro. Los tres Reyes Magos estaban en su casa. En su salón llenos de cajas envueltas en papeles bonitos. No se habían ido.

-Hola Daniel-lo saludó Melchor colocándose a su lado.

-Leímos tu carta con mucho interés-explicó Gaspar.

-Y decidimos venir a explicarte lo que ocurre con los niños mayores de tu colegio-concluyó Baltasar.

Daniel los miraba con muchísimo interés. Y aún muy asombrado. Los Reyes Magos habían leído su carta y habían decidido ir a explicarle lo que ocurría.

-Verás Daniel. Hay algo que es lo que nosotros buscamos en los niños. La ilusión-explicó Gaspar.

-Los niños que tienen ilusión por que vayamos a verlos siempre nos recibirán en su casa. Pero a veces, cuando los niños crecen, dejan de tener ilusión por nosotros. Y por muchas otras cosas-continuó Melchor.

-A veces pierden la ilusión por cosas que les ocurre. O por que se meten con ellos otros niños. Y dejan de creer en nosotros y en tener ilusión en la vida.

-Pero los niños que conservan la ilusión por nosotros pueden seguir recibiendo regalos nuestros.

Daniel escuchó todo eso sin entender muy bien lo que significaba. Él era un niño y claro que tenía ilusión por muchas cosas, y no entendía cómo es posible que las personas dejaran de tener ese sentimiento.

-Daniel-comenzó su madre- ¿has comprendido lo que te han dicho los Reyes?

-Creo que quieren decir que los niños de mi cole no creen que los Reyes Magos vayan a ir a su casa, y por eso no van. Pero, ¿Por qué no creen que vayan a ir? Si aquí siempre vienen.

-A veces vamos con mucha prisa. Lo que significa que no podemos despertar a los niños para que nos vean. Por eso a veces dejan de creer en nosotros.

Daniel asintió entonces asimilando la información.

-¿Y si yo siempre tengo ilusión siempre vendréis?

-Si tienes ilusión, aunque a veces las cosas vayan mal, siempre encontraras la manera de que vayan mejor. Y por supuesto te pasaran siempre cosas buenas.

Daniel aceptó lo dicho por los Reyes Magos. Y mientras estos se marchaban para seguir con la larga noche que les quedaba, el niño, de nuevo muy feliz y con toda la ilusión del mundo comenzó a abrir sus regalos.

Recuerden. A veces la vida nos tira por tierra una y otra vez, pero si seguimos teniendo ilusión por las cosas buenas, estas vendrán a nosotros.

Les deseo felicidad e ilusión en sus vidas.

FIN

Natalia Romero León

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