Nosotros los de Oriente

Nosotros los de Oriente le dedicamos este blog, a la mayor ilusión de los niños, la de tener a alguien que se preocupe por ellos y los quieran.

Quiero resaltar con la gran ilusión con la que abordan este reto la mayoría de los padres, aunque quedan algunos que enarbolando la violencia por bandera, se empeñan en ser los protagonistas de este, y otros eventos, pensando solo y exclusivamente en ellos.


Melchor nos muestra su castillo

Gaspar con su yeguada

Baltazar con su camello

domingo, 15 de enero de 2023

La Reunión

 

La reunión



Muchos niños a veces se preguntan por qué a sus casas va Santa Claus y nolos Reyes. O al revés. Inclusos a veces no es ninguno de ellos. Es la Beffana, o Tomte, o incluso trece duendes.

La explicación es la siguiente. Todos ellos son ya muy ancianitos. Y se reparten a todos los niños del mundo para que no se les olvide ninguno.




Pero, ¿cómo es que se pusieron todos de acuerdo? Pues te lo cuento ahora mismo.

Hace mucho, mucho, mucho tiempo, los tres Reyes Magos estaban preparándose para repartir los regalos de ese año. Melchor revisaba la larga lista de niños del mundo.

-La lista es cada vez más larga. Y cada vez los niños se portan mejor, así que nuestro trabajo será cada vez mayor-comentó con preocupación.





-¿Piensas que será demasiado?- pregunto Gaspar.

- No, no. No es eso. Es solo que me gustaría poder dedicarle a cada niño el tiempo que merece. Y no ir con prisas.

-Te entiendo, Melchor. Ya el año pasado hubo muchos niños a los que apenas pudimos despertar y hablar con ellos. Es verdad que muchos no lo necesitan, pero los que si merecen una pequeña reprimenda no los podemos dejar pasar-dijo Baltasar pensativo.



Los tres Reyes se miraron entre ellos.

-Puedo tener una solución si estáis de acuerdo conmigo-empezó Gaspar.

Baltasar y Melchor le instaron a continuar.

-Hay un hombre muy bueno, Nicolás lo llaman. Reparte regalos a los niños pobres-recordó Gaspar. 

-Y también está la anciana Beffana, la que nos guio hasta el niño Jesús que reparte dulces también esos días. Podríamos pedirles ayuda.

-Tendríamos que darle parte de nuestra magia para que puedan llegar a muchos lugares, y para que sean eternos, como nosotros-dijo Baltasar con duda.

-No tendría ningún problema con eso, si son buenas personas y se dedicarán de verdad a la tarea que necesitamos-dijo Melchor.

-Si queréis los traigo aquí y se lo comentamos. Estoy seguro de que son buenas personas, pero no de que quieran hacer nada esto que hacemos nosotros y que no tiene ninguna recompensa-terminó Gaspar.

Melchor y Baltasar aceptaron y así lo hicieron. Unos días antes de la gran noche se reunieron, no solo la Beffana y San Nicolás, si no también Tomte, Hoteiosho, Joulupukki, y algunos más.

-Buenas tardes señores y señoras. Y felices fiestas-comenzó Baltasar-Imagino que estaréis preguntándoos por qué os hemos llamado.

-La verdad es que, al menos yo, estoy perdido. No puedo imaginar lo que sus majestades querrían de un humilde hombre como yo- comento Nicolás de Bari.

Sus compañeros asintieron de acuerdo con el anciano.

-Queremos pediros ayuda-dijo Gaspar. Los asistentes. A la reunión lo miraron sorprendidos.

-Sabéis cuál es nuestra labor. Repartir regalos a los niños. Justamente según su comportamiento. Pero cada año son más y más niños. Y a veces comprobar el comportamiento de todos ellos es difícil.

-Esto que hacemos no tiene más recompensa que verle las sonrisas de felicidad a los niños. Y entenderemos si no queréis formar parte. Pero esto es precisamente lo que os pedimos. Que cada uno de nosotros viaje a una zona del mundo y se encargue de los niños que allí vivan- explicó Melchor.

El silencio inundó el salón. Los asistentes se miraron nerviosos entre ellos.


-¿Por qué nosotros?-preguntó Beffana-No somos importantes para nadie. No
 tenemos grandes riquezas, ni podremos ayudarles como se merecen sus majestades y los niños.

-Os elegimos por la pureza de corazón-comentó Baltasar con sentimiento. Los demás lo miraron y sonrieron.

- Por qué seréis capaces de ver los actos de los niños y diferenciar si es un acto de maldad, de rebeldía o simplemente consecuencia de los actos de otras personas que influyen en ellos. Y entonces, esa noche en la que vamos a visitarles, explicarles que hacer para no volver a repetir esos actos-les dijo Baltasar.

-Pueden contar con mi ayuda-contestó Nicolás de Bari-Ya reparto regalos entre los niños más cercanos a mi iglesia. No me importa caminar un poco más y repartir entre más.

Tras él, los demás asistentes a la reunión aceptaron ayudarlos.

-Gracias a todos. Y cómo este trabajo no es fácil, os concedemos parte de nuestra magia para ayudaros a hacerlo-concedió Gaspar.

La sala se iluminó con fuerza y cada uno de ellos sintió un calor emanar del pecho. Al menguar la luz todos ellos sintieron la magia en sus corazones.

-Muchas gracias majestades-dijeron todos.

-Cada año nos reuniremos antes de Navidad para renovar la magia y también para comprobar que aún queréis seguir repartiendo ilusión-dijo Gaspar.

Todos aceptaron y continuaron la reunión. Decidieron a que niños del mundo repartirían regalos y consejo. 

Y también los días en los que irían a dárselos, ya que si todos lo hacían el mismo día podía ser que se tropezaran entre ellos sin querer.


Todos ellos salieron con ilusión de la reunión y se dispusieron a cumplir con su cometido. Las sonrisas que recibieron de los niños los convencieron para hacerlo cada año con alegría.

Años después, en cada parte del mundo se espera con ilusión a uno de estos personajes.

Y así fue. Si eres de los afortunados que recibe regalos de los Reyes Magos piensa en lo mucho que ellos se preocupan por dedicarte el tiempo que mereces. 

Y si eres de los afortunados que recibe regalos de San Nicolas (Santa Claus o Papa 


Noel para muchas personas), Beffana, Tomte, El carbonero o cualquier otro, piensa en lo que los Reyes Magos se preocuparon para que no te faltase atención.

Regale quien te regale recuerda siempre que te quiere muchísimo y espera que seas feliz.

Fin


Natalia Romero León

Dedicado a todos los que tienen una visita de los Reyes Magos o de cualquier otro. Especialmente a los padres, que no olvidéis que también reciben sus regalitos.

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