EL PAJE QUE QUERÍA SER COMO UN REY
MAGO
Durante el año, tanto los Reyes Magos, como sus ayudantes los pajes, observan a todos los niños del mundo para ver como se están portando. Además, cuando se va acercando la fecha clave, los pajes empiezan a organizarse para conseguir la lista de los nuevos juguetes que salen ese año al mercado.
De entre todos esos pajes, nos vamos a centrar en uno en especial. Es muy joven, uno que solo tiene 528 años, y que lleva trabajando con los Reyes Magos, casi 450. Este paje, siempre ha tenido las ganas de acompañar a Melchor, Gaspar y Baltasar la noche del día 5, y durante todo el año ha estado trabajando como el que más para conseguirlo.
-Seguro que este año voy con ellos. Soy el que más ha trabajado con diferencia-iba diciendo entre sus compañeros.
-No deberías ir presumiendo de esa forma. Si has ganado con honores, lo sabrán y te llamaran para que los ayudes-le replicó uno de los pajes más viejos que llevaba trabajando con los Reyes más de 1900 años.
El joven paje se avergonzó levemente de su forma de actuar, y pidió disculpas a sus compañeros. Ese hecho lo observaron los tres Reyes Magos que en ese momento se acercaban a los pajes.
-¿Cuál es tu nombre jovencito?-preguntó Baltasar.
-Me llamo Sam-respondió el joven un poco impresionado.
-¡Sam! ¡Qué nombre tan curioso! Debes ser muy joven para
tener un nombre tan moderno-rió Melchor.
-Hemos oído, Sam, que quieres venir con nosotros la noche
del 5 de enero-dijo Baltasar.
-Sí, me encantaría. Puedo ayudarles como el más fiel de sus
pajes…
-Chico, tranquilo. No sois sirvientes. Sois amigos. No
tienes que servirnos. Nos ayudas-explicó tranquilamente Gaspar.
-Pero tienes que saber que esa noche es muy dura. Hace mucho
frio, pasamos toda la noche sin dormir, y puesto que viajamos por todo el
mundo, es una noche muy larga-dijo Melchor.
-Soy consciente de ello, y les aseguro que puedo
conseguirlo.
Los Reyes se miraron entre ellos, debatiendo que hacer.
Cierto era que solían llevar a un par de pajes que los ayudaban a transportar
los regalos, pero a veces era una noche muy dura incluso para ellos que estaban
acostumbrados.
-Mira, Sam, haremos una cosa. Nos acompañaras a recoger las
cartas el día cuatro. Te aseguro que también es un día largo y duro. Cuando
acabemos, tú mismo decidirás si estás preparado para la noche, ¿de
acuerdo?-expuso Melchor.
Y así lo hicieron. Durante todo el día 4 de enero, viajaron
por el mundo recogiendo las cartas de los niños. El paje los ayudaba acercándoles
los pequeños obsequios para los niños. También se aseguraba de que no faltase
nada para ellos, y sobretodo ordenaba las cartas.
Cuando por fin el día terminó, el pobre paje cayó derrotado
en su cama y no se despertó hasta bien avanzado el día 5.
Melchor, Gaspar y Baltasar ya estaban terminando los últimos
preparativos para esa noche con la ayuda de otros pajes jóvenes cuando vieron
acercarse a Sam.
-Sam, desde luego debemos felicitarte por tu actuación de
ayer-dijo Baltasar.
-Por supuesto. Nos ayudaste muchísimo, y estaremos contentos
si te unes a nosotros esta noche-comentó Gaspar.
-Muchas gracias-contestó el joven paje-Pero creo que aún no
estoy preparado. Solo fuimos a unos pocos lugares, pues la mayoría de cartas
las recogen los visires, y aún así hubo momentos en los que no me vi bastante
preparado. Seguiré trabajando, y puede que en unos 50 o 60 años pueda estarlo
más.
-Muy buen discurso hijo. Estamos seguros de que serás un
gran paje y que podrás ayudarnos perfectamente-dijo Melchor.
-Ve a descansar, te lo mereces-continuó Gaspar.
-Ayudaré a mis compañeros para que puedan partir sin
problemas, y entonces descansaré. No podré acompañarles, pero me aseguraré
desde aquí que no les falte nada.
Y así todos se pusieron a trabajar como locos para que todo
saliese perfecto esa noche.
Y estoy segurísima de que todo salió perfecto, después de todo a mi me
regalaron justo lo que yo quería.
Natalia Romero
No hay comentarios:
Publicar un comentario